jueves, 3 de abril de 2008

UNION EUROPEA - MERCOSUR


Sabiondos en el tema explicaron por qué sería posible un acuerdo, y por cuales otros motivos, esta unión es algo casi imposible de alcanzar.

El Mercosur (MCS) y la Unión Europea (UE) negocian un área de libre comercio entre las dos regiones desde abril de 2000, con un claro objetivo: conseguir el desarrollo económico y social que facilite la inserción internacional de sus economías y que funcione como una unión comercial entre dos continentes fuertes y aislados.
“Existen excelentes oportunidades de crecimiento para ambas partes involucradas en la creación de la zona de libre comercio, pero los problemas y dificultades están para ser resueltos”, contó Gustavo Idígoras, consejero Agrícola de la Argentina ante la Comisión Europea.
A contrapuesto Jorge H. Lavopa, director del Comité de Estudios de Asuntos Latinoamericanos del CARI dijo que “sería difícil y poco posible que se consiga unificar a la Unión Europea con el Mercosur, ya que estaríamos frente a una unión económica, y nuestras economías están más atrasadas que las de ellos, nuestras tazas, nuestro desarrollo, el grado de importaciones y de exportaciones, todo es diferente, entre dos bloques que por su historia y por los países que lo conforman, son diferentes”.
Mercosur constituye un espacio con algo más de 215 millones de habitantes, con un PBI conjunto superior a 920 mil millones de dólares y un comercio exterior agregado (exportaciones e importaciones) próximo a 180 mil millones de dólares anuales. Con casi 400 millones de habitantes y un PBI del orden de 7,5 billones de dólares, la UE de los quince genera la quinta parte del comercio mundial, de la cual el 60 % es intracomunitario. “Para tener una idea de las disparidades y de la asimetría de intereses involucrados, baste tener en cuenta que el PBI de la Unión Europea de los 25 es 14 veces superior, medido en dólares corrientes, que el del Mercosur y la relación es de 6 a 1 en paridad de poder adquisitivo", expresó el consejero Agrícola de la Argentina ante la Comisión Europea.
Luego de varias reuniones y encuentros entre los delegados de las regiones, no se pudo concretar ninguna decisión. “Lo que por momentos parece avanzar, cambia de manera rotunda de un año al otro”, resaltó Gustavo Idígoras.
La UE es el principal bloque comercial del mundo, principal productor, importador y consumidor de alimentos y, por lo tanto, actor central en la definición de las tendencias de los mercados alimenticios globales. A la vez, es el principal proveedor y cliente del MERCOSUR.
Desde la puesta en marcha del Acuerdo de Marco en 1995, el Mercado Común del Sur (MCS) se ha consolidado como el modelo de integración regional mas avanzado en las Américas, el comercio y el flujo de inversiones han contribuido a considerablemente al desarrollo del bloque, donde se subraya una cultura integracionista. La Unión Europea aumentó su presencia en el MCS tanto en materia de comercio, como de inversión.
“Las negociaciones para un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea se estancaron en septiembre del 2004 en Bruselas, dado que las ofertas arancelarias y concesiones en servicios e inversiones eran muy distintas y alejadas de los objetivos que perseguían ambas partes”, dijo Idígoras
“Tenemos una idiosincrasia muy diferente porque ellos tienen democracias mas estables que tienen cientos de años”, agregó el director del Comité de Estudios de Asuntos Latinoamericanos del CARI.
Mariana Iribarne, asesora en economía y comercio, integrante de la Delegación de la Comisión Europea en la República Argentina, aseguró: “El Mercosur despertó desde un primer momento el interés de la Unión Europea (UE) debido a las oportunidades de inversión, y de crear lazos históricos y culturales”.
Las relaciones entre la UE y el MCS llevan varios años, y la futura zona de libre comercio entre ambas regiones tendrá caracteres económicos y políticos; ejercerá cierta influencia en las relaciones internacionales representando un marco sin precedentes en la historia de las relaciones económicas internacionales.
Los Estados Unidos siempre estuvieron preocupados por el acercamiento entre MCS y la UE. “Es claro el mayor interés de nuestros países es lograr una alianza política y económica con los europeos, y eso dejaría fuera de plano a Norteamérica en algunas cuestiones”, aseguró Idígoras.
No obstante Mariana Iribarne planteó: “USA tiene sus objetivos en América Central y el MCS en el resto del continente, por lo que este acuerdo bilateral no afectaría a Estados Unidos”.
Idígoras destacó que no sólo la relación costo-beneficio no resultaba aceptable sino que su parecer se había generado un desequilibrio estructural que no iba a ser resuelto con la continuación de negociaciones a nivel técnico en la que se discutieran y negociaran mejoras marginales sobre las ofertas planteadas. “Como vemos, el nudo agrícola no es el único componente de este panorama aunque siga constituyendo una clave principal de la solución”, expresó Mariana Iribarne.
Txt: Valentina Paula Sabbag

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